Mirad vuestras manos. ¿Verdad que vuestra mano izquierda es diferente a la derecha?, su tamaño, su forma, las líneas y signos en ellas marcadas... y si miráis las manos de las personas que tenéis cerca, comprobareis que también son diferentes entre ellas, e incluso distintas de las vuestras. Esta diferencia es la que nos hace únicos, irrepetibles.
La Quirologia es la disciplina que desde milenios estudia, desde la observación y comprobación, el significado de las líneas y signos que marcan nuestras manos. Fueron muchos los hombres de ciencia y buscadores de la Verdad, los que dedicaron su tiempo a esta tarea, su experiencia y estudio está recogido en muchos libros y se ha ido transmitiendo a lo largo de los tiempos.
La lectura e interpretación de líneas y signos, nos va describiendo, como si de un libro se tratara, nuestra historia ya escrita y aquello que puede acontecer, desvelándonos incluso hasta lo que está más oculto, olvidado en nuestro inconsciente. Están ahí, en la palma de nuestras manos para recordarnos el camino de regreso, el reencuentro con nuestra esencia divina, nuestra verdadera identidad.
Mano izquierda y mano derecha representan la unidad del individuo, como ser humano y como ser de luz. La energía yin y la energía yang, diferentes pero complementarias y que en equilibrio se convierten en la gran fuerza que nos dirige con armonía por el camino que nos lleva de regreso a la "Madre Fuente", camino de aprendizaje y autoconocimiento, camino que ya elegimos marcado en nuestras manos por la línea del destino.
La mano izquierda representa nuestra parte yin, femenina, pasiva, receptiva, intuitiva. En ella encontramos la herencia genética materna y es donde se registra todo nuestro pasado, esas vivencias que nos han dejado huella desde el nacimiento hasta nuestro momento actual y que en nuestro presente aún nos están influyendo, unas positivamente y otras limitando la verdadera expresión de nuestra naturaleza, de nuestro Ser. También en ella encontramos la recopilación de nuestras anteriores encarnaciones. Nos hablan de cómo somos realmente, de cuáles son nuestras cualidades, el potencial con el que nacemos, las herramientas que vamos a necesitar y que nos ayudarán en nuestro camino y del cometido que elegimos para nosotros en la actual encarnación. Es la mano de pedir, de recoger y de recogernos en nosotros mismos. Es el YO SOY.
La mano derecha es nuestra parte yang, masculina, activa, lógica, analítica. Contiene nuestra herencia paterna. Son nuestra proyección. Es la mano de dar y darse. En ella comprobamos si estamos utilizando todo el potencial que nos muestra la mano izquierda. Es la mano del futuro a todos los niveles, un futuro del que nosotros somos dueños, los diseñadores. Un futuro en el que el destino pone en nuestro camino experiencias o vivencias con el único fin de enseñarnos y ayudarnos a crecer, a evolucionar pero que nos da la libertad de elegir, la capacidad de ejercer el libre albedrio. Un futuro que podemos cambiar si tomamos conciencia de las capacidades o condiciones con las que hemos venido y aprendemos como utilizarlas para ser más felices.
En las dos manos vemos el presente, el aquí-ahora, momento en el que podemos comprender lo que somos y ponernos a trabajar para aplicarlo.
Nuestro sistema nervioso transmite ondas e impulsos a la sangre y esta dibuja en nuestras manos todo aquello que es importante para nosotros. Si miramos atentamente con los ojos limpios de prejuicios y miedos podemos describir con todo detalle lugares, personas, situaciones vividas o futuras. Nuestras manos hacen llegar a nuestro cerebro las sensaciones corporales y las emociones que éstas provocan almacenándolas en él y por otro lado el cerebro transmite a nuestras manos todas las vivencias y proyectos dejándolos plasmados en ellas.
Todos, cada uno de nosotros tenemos un potencial ilimitado, infinito y la lectura de nuestras manos nos ayuda y orienta para descubrirlo y aplicarlo.